Hermanos en la cumbre

Hermanos en la cumbre

Ya incluso antes de las semifinales, se sabe que habrá un miembro de la familia Milito en la final de la Liga de Campeones de la UEFA. Durante un par de encuentros, Diego, el nerazzurro, y Gabriel, el blaugrana, olvidarán sus vínculos fraternales para luchar por su otra familia: su club, al que ambos esperan conducir hasta la cima de Europa.

El fútbol ya ha conocido varios casos de hermanos que juegan juntos en equipos de primer nivel, como Fabio y Paolo Cannavaro, Phil y Gary Neville o Frank y Ronald de Boer. Sin embargo, es mucho más inusual que la máxima competición del Viejo Continente oponga a dos hermanos, y encima en posiciones que les harán vivir un duelo directo. Diego, de 30 años, es el mayor. Apodado "El príncipe" por su asombroso parecido con el uruguayo Enzo Francescoli, se trata de un delantero elegante, muy hábil y siempre bien colocado, que promedia la friolera de más de 20 goles por temporada. Gabriel, alias Gaby, es un año menor. Este defensa central es un zurdo nato, implacable en el marcaje individual y bueno a la hora de sacar jugado el balón.

Su reencuentro del martes sobre el césped del estadio Giuseppe Meazza no será una primicia. Ya desde el principio de sus carreras, los dos hermanos optaron por seguir caminos diferentes, aunque luego defenderían juntos durante año y medio los colores del Zaragoza. Con 18 años, Diego preparó su salto al fútbol profesional siguiendo los pasos de sus primos, que habían fichado por el Racing Club de Avellaneda. Gaby fue más precoz, al debutar en el profesionalismo a los 17 años con Independiente, el eterno rival. Después de los tradicionales duelos Boca Juniors-River Plate, el clásico de Avellaneda, Racing-Independiente, es el segundo derbi que más pasiones despierta en la provincia de Buenos Aires.

Un gol, una bota y una madre
El del 9 de marzo de 2003 permanece todavía en la memoria de todos. Diego Milito fue uno de sus grandes protagonistas por marcar el gol del empate (1-1), pero también por perseguir al árbitro, con su bota en la mano, para reclamar la expulsión de su hermano, autor de una dura entrada y que ya había visto la cartulina amarilla por una primera falta sobre Diego. “Me sorprende que se hayan peleado. Pero no creo que ninguno de los dos haya insultado a la madre del otro”, comentaba con humor su padre, Jorge.

Afortunadamente, una vez concluido el partido, los dos hermanos se olvidan de todo. “Con Gaby, además de hermanos, somos muy amigos por la poca diferencia de edad. De todas formas, en la familia siempre hemos estado muy unidos, algo que siempre nos ha ayudado en los momentos difíciles”, comentó Diego en alusión implícita al secuestro de su padre, liberado el 31 de agosto de 2002.

Al contrario que un delantero precoz y prodigio del tipo Lionel Messi, Wayne Rooney o Cristiano Ronaldo, Diego Milito tuvo que realizar su instrucción durante seis campañas en Europa, en equipos relativamente modestos como el Génova y el Zaragoza. Sin embargo, desde su llegada al Inter de Milán el pasado junio, su sociedad en ataque con Samuel Eto'o está haciendo maravillas (22 dianas en 39 encuentros). Además, su sentido del sacrificio lo convierte en el primer defensa del equipo, para deleite de José Mourinho.

¿Rivales antes que compañeros?
Como contrapartida, su hermano logró suscitar el interés de los ojeadores del Real Madrid. Sin embargo, a la hora de firmar el contrato, el reconocimiento médico le resultó fatal, por culpa de una antigua lesión en la rodilla. Gaby encajó el golpe, se mordió la lengua y fichó por el Zaragoza, donde jugó sin problemas durante cuatro temporadas antes de recalar en el Barcelona. Allí, no obstante, la mala suerte volvió a cebarse con él, tras romperse el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha en la vuelta de la semifinal de la Liga de Campeones 2008, contra el Manchester United. "Le dije que no tirara la toalla, que luchara”, recordó Diego, su principal confidente fuera de la cancha. “Gracias a su carácter, supo salir adelante y encontrar las fuerzas necesarias para volver a su mejor nivel. Pasó momentos muy duros, pero tuvo la suerte de estar en un club como el Barcelona, que se portó de una manera excepcional con él”.

Tan excepcional como el nivel del Barça en esta temporada; lo cual no impide que Gaby se muestre prudente. “Estoy muy emocionado ante la idea de reencontrarme con Diego en un partido de este calibre. El Inter estuvo impresionante contra el Chelsea, pero espero ser yo el Milito clasificado para la final”, afirmó el defensa, más a gusto sobre la cancha que ante un micrófono. Mientras tanto, Diego ofreció su propio análisis: “Siempre se me dio bien contra el Barcelona. Es un equipo fabuloso que despliega un fútbol bárbaro, pero que, inevitablemente, deja espacios atrás. En el pasado he tenido la suerte de saber aprovecharlos, y espero que la fortuna me vuelva a sonreír ahora”.

Más allá de esa semifinal, los dos hermanos sueñan con volver a encontrarse en Sudáfrica para disputar la Copa Mundial de la FIFA con la camiseta albiceleste de Argentina; 80 años después de que otra pareja fraternal, Mario y Juan Evaristo, se proclamasen subcampeones mundiales en Uruguay 1930. Como señal del destino, resulta que Mario era delantero y Juan defensa. Y teniendo en cuenta que la historia no es sino un eterno retorno…

Tomado de http://es.fifa.com/worldfootball/clubfootball/news/newsid=1195824.html#hermanos+cumbre